Ayer llegué a Florencia.
Me acompaña mi mamá en este gran sueño.
Pronto se nos une gran parte de la familia, pero, por mientras, somos nosotras dos.
Comenzamos este recorrido juntas desde el principio. Me ha apoyado desde que supe que quedé seleccionada para participar de esta exposición, que en un principio parecía un sueño pero que ya comenzamos a vivirlo: exponer mis obras en la X Edición de la Bienal de Florencia.
Desde el momento en que llegamos a esta maravillosa ciudad nos hemos impregnado de buenas sensaciones.
Se respira arte.
Se respira cultura.
Hemos disfrutado de cada detalle, y eso que aún nos quedan dos semanas acá. Lo estamos aprovechando al máximo.
Obviamente sin dejar de lado el motivo principal al cual vinimos a este lugar.
Es por esto que hoy, nuestro primer día en Florencia, comenzamos de inmediato con el trabajo.
Nos dirigimos a la Academia de Arte Firenze, lugar donde hace algunos meses atrás tuve la suerte de perfeccionar mi técnica de pintura y de conocer a personas maravillosas.
Gracias a todo el equipo de artistas que conforman esta Academia, pude montar mis pinturas en los bastidores, con un resultado a la altura de esta Bienal.
Me brindaron toda la ayuda que necesité, y por supuesto los buenos momentos que hicieron de este día un día perfecto.
Aún después de preparar las obras y trabajar en la Academia nos quedó un tiempito para recorrer.
Esta ciudad nos maravilla cada vez más.
Mañana comienzan los preparativos en Fortezza da Basso, donde será la Bienal, y podremos ya llevar mis obras para colgarlas en su lugar de exposición.
Los días que vienen serán cada vez mejores, estoy segura, y seguiremos maravillandonos hasta volvernos a Chile. O esperemos que incluso después de volver, la experiencia vivida en este lugar siga soprendiéndonos.