
Llegué hace dos semanas a Florencia. Pisé suelo italiano con un objetivo claro: exponer en la X Bienal de Arte Contemporáneo de Florencia.
Hace ya 10 meses que comencé a preparar mis obras, y todo estaba detalladamente planificado para que esta fuese una experiencia única.
Los primeros días en Florencia los dediqué a afinar los últimos detalles: a tensar las telas que traje conmigo para esta exposición, a comprar los materiales que fueran necesarios para el montaje, a repasar todo una vez más.
Puede ser un defecto o a veces una virtud, pero muchisimas veces repaso y repaso todo para que resulte lo más "perfecto" posible,

Una vez que todo estuvo en orden, las pinturas ya tensadas, comenzamos con el montaje en Fortezza da Basso, el recinto donde se realizaría la X Bienal de Florencia.
Me acompañó en todo este proceso mi madre, quien con su mirada atenta y muchas veces con su crítica (en una manera positiva, y por qué no, constructivamente negativa) colaboró mucho al resultado final.
Quedé muy feliz con cómo se veían las obras, puestas en la pared en la Bienal.



El día sábado 17 de octubre 2015, a las 11:30 de la mañana, se inauguró y se dió comienzo a la X Bienal de Florencia.
El público comenzó a llegar y puse en práctica, con esfuerzo, mi mejor italiano para explicar mis obras.
Mucha gente, además, de otros paises visitaron la muestra.
En este primer día y también durante los días que siguieron.









Todos los dias de la Bienal (desde el 17 al 25 de octubre) estuve presente para recibir a los visitantes de esta exhibición.
Surgían muchas preguntas y, afortunadamente, muchos buenos comentarios sobre mi trabajo en el transcurso de la jornada.
Lo mejor, es que además tuvimos tiempo de recorrer la ciudad de Florencia, encantarnos de sus escentarios, y disfrutar de cada detalle que esta ciudad nos ofrece.





Algunos días después, además de mi mamá, quien ya estaba conmigo, se sumó gran parte de la familia.
Con ellos tambien disfrutamos muchisimo de Florencia y sus alrededores.
Un día, a mitad de semana, tuvimos la oportunidad de conocer Venecia.
Esta ciudad es mágica. Totalmente distinta a cualquier lugar donde yo haya estado antes.
De verdad que no tiene comparación, se respira una ambiente totalmente distinto.
Florencia tiene lo suyo, y Venecia tiene lo suyo totalmente diferente.
Es increible. Mágico.




De vuelta en la Bienal, cuando ya quedaban unos pocos días para el término de ésta, me di cuenta que ahora la afluencia de público comenzó a ser aún mayor.
Quizás la gente, aprovechando que quedaban sólo dos o tres días, se sentía más apremiada por el tiempo y no quería dejar pasar la oportunidad de visitar esta exposición.
Muy cerca de mis obras, a unos cuantos metros solamente, estaba el escultor Harry Arling, de Holanda.
Él va a ser muy famoso.
Se los digo aquí y ahora. Recuerden esta frase: Harry va a ser famoso.


Dia lunes 26 de octubre. Comenzamos con el desmontaje de las obras.
La muestra había terminado el dia anterior, el dia domingo 25 de octubre.



La Bienal culminó con una Cena de Gala, a la que nosotros fuimos en familia.
Es indescriptible la gratitud que siento por haber podido compartir con mi familia este hito en mi vida.
La Bienal significó para mi un tremendo paso en mi carrera como artista, y una experiencia que no olvidaré jamás.






Hoy voy de regreso a Chile.
Escribo estas palabras desde el aeropuerto, camino de vuelta a casa.
Me llevo en mi maleta un sinfín de sensaciones.
Quedé enamorada de todo lo vivido.

